martes, 18 de agosto de 2009

Capitulo 7 Ibiza Playa

Al otro día cuando me desperté miré el cielo desde la ventana de la pocilga y lo vi de un color celeste como pocas veces se a visto, me di una ducha refrigerante y salí rumbo a la playa.
Mi destino era la Platge Den Bossa, allí Pedro tenía en sociedad un chiringuito, caminé cerca de una hora y al fin llegué, a decir verdad lo hice con muchísimo gusto y disfruté de hacerlo solo, considero que esos momentos son necesarios y son el contacto con la Pacha Mama y donde le podés dar vuelta a las cosas sin influencias externas y ser vos mismo.
La primer sorpresa fue llegar y comprobar que el chiringuito era espectacular.

Playa Ibiza


Tenía más hambre que el pueblo Argentino con gobierno Justicialista, entonces me acerqué al bar y ninguno de los 3 que atendían me daba pelota, a los 5 minutos de esperar siento una mano en la espalda y cuando me di vuelta lo que tenía a la altura de los ojos eran los pechos de un Rumano enorme parecidísimo a Ivan Drago que se sonríe y me dice que Papi Papi me invitaba a almorzar, le digo que me espere 5 minutos que pida algo y me pone la mano en el hombro, se agacha y me dice al oído ...Papi Papi NO espera.
De más está decir que fui exactamente para donde me señalaba esa mole humana, por supuesto al llegar estaba en la mejor tumbona de relax acompañado de su hija y alguno que otro de su séquito.
Creo que lo que más le gustó es que me senté en su mesa como si le conociera de toda la vida, sin vergüenza para comer ni beber y cuando me hacía preguntas se las respondía pero en concreto no le contaba nada de mi, como no podía ser de otra manera nos matamos de risa un buen rato, entonces me picó el bicho de ver lo que tenía al alcance y que no es habitual en otros lados. A menos de 100 metros está Bora Bora, así que me fui a ver que pasaba y esto es lo que me encontré.

bora bora ibizafiesta ibiza

Estaba bueno como novedad pero no me impactó, es más creo que en La Caseta hemos hecho cosas mejores, di un par de vueltas pero como venía medio boleta me volví al chiringi de Pedro a tomarme una cervecita helada y ohh sorpresa en cuanto me acerqué a pedir se mataban por servirme, por un momento dudé, pero siiiiiiiiii era el efecto Papi Papi, y me tiré a la pileta a ver si había agua y pedí una botella de Champagne, cuando quise pagar no me dejaron, por supuesto me acerqué y se la dejé de regalo.
Saludé y uno de los seguridad me pregunta para donde iba, los pibes unos genios me llevaron en el Hummer hasta el puerto y por supuesto me dejaron en pelotas en la calle enfrente de todos los bares, me puse las bermudas en menos que canta un gallo y como era mi costumbre me fui a comprar un helado a lo de los Napolitanos y adivinen que ? cuando quise pagar no me dejaron.
A esa altura ya no sabía que estaba pasando calculo que era el famoso efecto Papi Papi que asustaba hasta a un fantasma.
Llamé a Sasso a ver por donde andaba y quedamos a la noche. Ella hacía un recorrido por los bares con otras 5 o 6 Gogos más y me fui a acompañarla, cuando llegué me presentó a Salvy quien hoy es más que un amigo. Ellos recién se conocían pero estaban copados el uno con el otro. Salvy un maestro de las Performance.
Con él me sucedió algo muy bueno, congeniamos de una manera especial, cosa muy difícil en un ambiente como el de la noche el cuál no te brinda muchos amigos.
Nos pasamos nuestros buenos ratos y lo que más nos gustaba era salir un rato de bares con excepción de los Lunes, la semana a las 7 de la mañana la empezábamos en el DC-10. ese era el día que todos los que trabajan en la isla salen a divertirse, si leen bien, lunes de 7 de la mañana hasta que te vuelve la responsabilidad al cuerpo.
Unos meses mas tarde volvimos a vernos pero en Buenos Aires, aquí va la prueba.

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